Las carreteras son una parte importante de la infraestructura de cualquier país del mundo. Estas proporcionan el marco para mover personas y bienes de un punto a otro, y esto las convierte en una pieza valiosa para nuestra economía y calidad de vida. Basado en datos de la Oficina de Estadística de Transporte de los Estados Unidos, para el 2006 existían aproximadamente 4.1 millones de millas (6.6 millones de kms) de caminos en los Estados Unidos, de los cuales 2.7 millones de millas (4.3 millones de kms) estaban pavimentadas y 1.4 millones de millas (2.3 millones de kms) estaban sin pavimentar.
Usando un formato de evaluación sencillo de la A a la F, parecido a un informe escolar, la Sociedad Americana de Ingenieros Civiles (ASCE, por sus siglas en inglés) prepara una evaluación exhaustiva de la infraestructura de los Estados Unidos en su Tarjeta de Reporte de Infraestructura preparada cada cuatro años. Para la tarjeta de reporte de este año 2021, las carreteras fueron clasificadas como D con más del 40% del sistema en mal estado o en condición mediocre. Si buscamos formas de mejorar el grado de nuestro sistema de carreteras, es clave orientar las inversiones y asignar fondos – y para esto, es importante que la adquisición de datos confiables y de rutina se conviertan en el estándar.
Por esta razón, y al analizar el rendimiento de las carreteras, es importante que los responsables de la toma de decisiones y los ingenieros confíen en las instalaciones de pruebas aceleradas de pavimento (APT, por sus siglas en inglés) para recopilar datos detallados de rendimiento con la ayuda de diferentes sensores de pavimento. Ya que las APT se consideran laboratorios a gran escala, del mundo real, estos nos permiten llevar a cabo experimentación de vanguardia, evitando el riesgo de fracaso en las carreteras reales.